lunes, 16 de febrero de 2015

La lógica de la trascendencia

¿La trascendencia? ¿En la vida diaria? ¿Acaso deseamos morir para siempre? ¿No será que nuestra alma desea dejar huella?
Si partimos de que somos a imagen y semejanza de Dios y de que Él es eterno, entonces ¿también somos eternos? ¿Cuándo la lógica comprende el alma para saciar su trascendencia? ¿Si tenemos elementos de eternidad, porque muchas acciones son limitadas, con ruido de vacío? ¿Por qué se entona poco la trascendencia en nuestras acciones? ¿Hasta dónde trasciendo como ser humano?
Es necesaria esta interrogación en la vitalidad de la trascendencia, porque existo, trasciendo, porque trasciendo pienso.

¿Me he preguntado sobre mis acciones trascendentales?
¿Qué acciones me trascienden?

JAPO

A.M.D.G.

domingo, 15 de febrero de 2015

Mi Dios es otro Dios

Sí, Yo nunca creeré en:

El Dios que ame el dolor
El Dios que ponga luz roja a las alegrías humanas
El Dios mago y hechicero
El Dios que se hace temer
El Dios que no necesita del hombre
El Dios lotería con quién se acierta sólo por suerte
El Dios árbitro que juega sólo con el reglamento en la mano
El Dios solitario
El Dios que manda al infierno
El Dios que no sabe esperar
El Dios que adoran los que son capaces de condenar a un hombre
El Dios que impide al hombre crecer, conquistar y transformarse
El Dios que exija al humano, para crecer, renunciar a ser humano
El Dios que adoran los que van a Misa y siguen robando y calumniando
El Dios que le agrada la limosna de quien no practica la justicia
El Dios del ya me las pagarás
El Dios que se arrepintiera alguna vez de haber dado la libertad al hombre
El Dios  mudo e insensible en la historia ante los problemas angustiosos de la humanidad
El Dios que crea discípulos indiferentes a la historia de sus hermanos
El Dios que ponga la ley por encima del hombre
El Dios a quién le falte el perdón para algún pecado
El Dios que cause el cáncer
El Dios a quién sólo se le puede rezar de rodillas, a quién sólo se le encuentra en la Iglesia
El Dios que lleva al infierno al niño después de su primer pecado
El Dios que no tuviera palabra distinta, personal, propia para cada individuo
El Dios que  nunca hubiera llorado por los hombres
El Dios que no pudiera descubrirse en los ojos de un niño o de una madre que llora
El Dios que no esté presente donde los hombres y las mujeres se aman
El Dios que destruyese la tierra y las cosas que el hombre ama, en vez de transformarlas
El Dios que no tuviera misterios, que no fuera más grande que nosotros
El Dios que destruyera para siempre nuestro cuerpo en vez de resucitarlo
El Dios para quién los hombres valieran no por lo que son, sino por lo que tienen
El Dios indiferente que deja que la gente buena le pasen cosas malas
El Dios incapaz de divinizar al hombre, sentándose a su mesa y dándole parte en su herencia
El Dios que no fuese amor y que no supiera transformar en amor cuanto toca
El Dios incapaz de llenar de amor el corazón del hombre
El Dios que no se hubiera hecho hombre con todas sus consecuencias
El Dios en quién yo no pueda esperar contra toda esperanza

¡Sí, mi Dios es otro Dios!

Pbro. Juan Arias Martínez



Hace falta tener experiencia de El, hace falta creerle y tener una relación personalizante. Hablar de Dios no es hablar de teología, va más allá, hablar de Dios es hablar de vida, de la Vida, del día a día, pues, ahí se hace presente de una manera peculiar.

En ocasiones tendríamos que romper esquemas que en la infancia nos impusieron y que muchas veces nos ayudaron para entender ciertas cosas, pero ahora mantener esos esquemas no son sanos ni realistas, hemos crecido, por lo tanto las ideas y esquemas deben ser otros.

Si tendríamos una experiencia plena de Dios podríamos decirle a la montaña muévete y así sería, si tuviéramos la experiencia podría decirle a mi problema que pequeño es en comparación con Dios, si tuviera experiencia lo tendría todo, si Dios conmigo ¿quién contra mí?.

Parece difícil tener la experiencia pero no es así, la distancia está en un SI que se encarna en amistad con El.
Una amistad profunda con El generará una vida profunda con El, conmigo, con los demás y con el universo.

¿Quién es Dios para mí?
¿Tengo una amistad profunda con El?
JAPO
A.M.D.G.

Tranquilidad

"Siento la tranquilidad que me permite profundizar en mi vida. La que me permite estar presente con hondura, la que me permite saborear el momento, la música, el trabajo, las amistades, las circunstancias.
Quiero decir que no es fácil tenerla, viene a momentos, a gotas y viene en momentos que uno no está completamente disponible, pero aún así la reconozco, la tomo, la disfruto y la dejo ir. Trae brisa al corazón que me permite acariciar lo más profundo de mi ser. La tranquilidad de la que escribo es libre, certera, no viene para quedarse sino para invitarme a vivir con profundidad el hoy.
La siento, la tengo, la vivo, la comparto y la escucho"

¿Te has permitido vivir tu tranquilidad?
¿A qué te invita?
¿Cómo la buscas?

JAPO
A.M.D.G.