lunes, 16 de febrero de 2015

La lógica de la trascendencia

¿La trascendencia? ¿En la vida diaria? ¿Acaso deseamos morir para siempre? ¿No será que nuestra alma desea dejar huella?
Si partimos de que somos a imagen y semejanza de Dios y de que Él es eterno, entonces ¿también somos eternos? ¿Cuándo la lógica comprende el alma para saciar su trascendencia? ¿Si tenemos elementos de eternidad, porque muchas acciones son limitadas, con ruido de vacío? ¿Por qué se entona poco la trascendencia en nuestras acciones? ¿Hasta dónde trasciendo como ser humano?
Es necesaria esta interrogación en la vitalidad de la trascendencia, porque existo, trasciendo, porque trasciendo pienso.

¿Me he preguntado sobre mis acciones trascendentales?
¿Qué acciones me trascienden?

JAPO

A.M.D.G.

domingo, 15 de febrero de 2015

Mi Dios es otro Dios

Sí, Yo nunca creeré en:

El Dios que ame el dolor
El Dios que ponga luz roja a las alegrías humanas
El Dios mago y hechicero
El Dios que se hace temer
El Dios que no necesita del hombre
El Dios lotería con quién se acierta sólo por suerte
El Dios árbitro que juega sólo con el reglamento en la mano
El Dios solitario
El Dios que manda al infierno
El Dios que no sabe esperar
El Dios que adoran los que son capaces de condenar a un hombre
El Dios que impide al hombre crecer, conquistar y transformarse
El Dios que exija al humano, para crecer, renunciar a ser humano
El Dios que adoran los que van a Misa y siguen robando y calumniando
El Dios que le agrada la limosna de quien no practica la justicia
El Dios del ya me las pagarás
El Dios que se arrepintiera alguna vez de haber dado la libertad al hombre
El Dios  mudo e insensible en la historia ante los problemas angustiosos de la humanidad
El Dios que crea discípulos indiferentes a la historia de sus hermanos
El Dios que ponga la ley por encima del hombre
El Dios a quién le falte el perdón para algún pecado
El Dios que cause el cáncer
El Dios a quién sólo se le puede rezar de rodillas, a quién sólo se le encuentra en la Iglesia
El Dios que lleva al infierno al niño después de su primer pecado
El Dios que no tuviera palabra distinta, personal, propia para cada individuo
El Dios que  nunca hubiera llorado por los hombres
El Dios que no pudiera descubrirse en los ojos de un niño o de una madre que llora
El Dios que no esté presente donde los hombres y las mujeres se aman
El Dios que destruyese la tierra y las cosas que el hombre ama, en vez de transformarlas
El Dios que no tuviera misterios, que no fuera más grande que nosotros
El Dios que destruyera para siempre nuestro cuerpo en vez de resucitarlo
El Dios para quién los hombres valieran no por lo que son, sino por lo que tienen
El Dios indiferente que deja que la gente buena le pasen cosas malas
El Dios incapaz de divinizar al hombre, sentándose a su mesa y dándole parte en su herencia
El Dios que no fuese amor y que no supiera transformar en amor cuanto toca
El Dios incapaz de llenar de amor el corazón del hombre
El Dios que no se hubiera hecho hombre con todas sus consecuencias
El Dios en quién yo no pueda esperar contra toda esperanza

¡Sí, mi Dios es otro Dios!

Pbro. Juan Arias Martínez



Hace falta tener experiencia de El, hace falta creerle y tener una relación personalizante. Hablar de Dios no es hablar de teología, va más allá, hablar de Dios es hablar de vida, de la Vida, del día a día, pues, ahí se hace presente de una manera peculiar.

En ocasiones tendríamos que romper esquemas que en la infancia nos impusieron y que muchas veces nos ayudaron para entender ciertas cosas, pero ahora mantener esos esquemas no son sanos ni realistas, hemos crecido, por lo tanto las ideas y esquemas deben ser otros.

Si tendríamos una experiencia plena de Dios podríamos decirle a la montaña muévete y así sería, si tuviéramos la experiencia podría decirle a mi problema que pequeño es en comparación con Dios, si tuviera experiencia lo tendría todo, si Dios conmigo ¿quién contra mí?.

Parece difícil tener la experiencia pero no es así, la distancia está en un SI que se encarna en amistad con El.
Una amistad profunda con El generará una vida profunda con El, conmigo, con los demás y con el universo.

¿Quién es Dios para mí?
¿Tengo una amistad profunda con El?
JAPO
A.M.D.G.

Tranquilidad

"Siento la tranquilidad que me permite profundizar en mi vida. La que me permite estar presente con hondura, la que me permite saborear el momento, la música, el trabajo, las amistades, las circunstancias.
Quiero decir que no es fácil tenerla, viene a momentos, a gotas y viene en momentos que uno no está completamente disponible, pero aún así la reconozco, la tomo, la disfruto y la dejo ir. Trae brisa al corazón que me permite acariciar lo más profundo de mi ser. La tranquilidad de la que escribo es libre, certera, no viene para quedarse sino para invitarme a vivir con profundidad el hoy.
La siento, la tengo, la vivo, la comparto y la escucho"

¿Te has permitido vivir tu tranquilidad?
¿A qué te invita?
¿Cómo la buscas?

JAPO
A.M.D.G.

lunes, 5 de enero de 2015

Siento Gracias

"De aquellas ocasiones en que me siento con una alegría serena, donde me he permitido sentir, disfrutar, extrañar, donde voy experimentando la libertad. Hoy no sólo lo digo sino que lo siento: GRACIAS"


JAPO
A.M.D.G.

lunes, 17 de noviembre de 2014

El Reino de Dios y Ayotzinapa

Se escucha un clamor desde el centro de mi país, clamor que ha llegado muy lejos, es ahora un mismo clamor que se escucha desde casi todos los rincones del mundo. ..ante tanta corrupción el sistema manifiesta ya su decadencia, los partidos políticos ya no ofrecen lo que originalmente ofrecían…ante la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa se levanta la cortina que había cubierto por muchos años al gobierno mexicano, desde las mínimas esferas hasta llegar a la presidencia…es un clamor de JUSTICIA, es un clamor que enciende el corazón ante la oscuridad de la indiferencia. Este clamor se va haciendo UN GRITO cada vez más fuerte e intenso que me hace preguntarme ¿qué me toca hacer? , es un grito que confronta, implica y compromete. Y NO, #NO ME HE CANSADO, sigo en la lucha desde donde HOY me toca estar.

                Sin embargo me he preguntado que ante este clamor, ante este grito de JUSTICIA reflexiono y digo ¿de qué tipo de justicia estamos hablando? , el significado que se tiene ¿es la misma para todos? Porque en mi JUSTICIA están presentes signos del reino de Dios. No concibo la justicia sin el ¿es que acaso existe otro tipo de justicia? ¿Acaso estamos hablando de construir una sociedad en paz desde el diálogo? No, no malinterpretes, estoy a favor de la Verdad, a favor de la no corrupción, a favor de desestabilizar el sistema que tanto daño nos hace, a favor de la vida pero ¿bajo qué circunstancias? ¿Es que lo que estamos buscando es considerando nuestros talentos?  ¿Acaso queremos justicia pero sin Dios?
“Como ya se acercaba el tiempo en que sería llevado al cielo, emprendió resueltamen
te el camino a Jerusalén. Había mandado mensajeros delante de él, los cuales caminando, entraron en un pueblo samaritano para prepararle alojamiento . Pero los samaritanos no lo quisieron recibir, porque iba a Jerusalén. Al ver esto, los discípulos Santiago y Juan le dijeron: Señor, ¿quieres que mandemos bajar fuego del cielo que los consuma? Pero Jesús, dándose vuelta les reprendió y pasaron a otra aldea. Lc. 9, 51-56
Tendríamos que preguntarnos, si queremos actuar como los discípulos querían hacerlo. No podemos querer solucionar una situación agravando más la situación.  No podemos generar más muertes.
Tendríamos que partir de propuestas diferentes, propuestas profundas, propuestas que den vida y esperanza y no violencia, terror, inseguridad, preocupación y muerte. San Ignacio de Loyola dice que el amor hay que ponerlo en obras y no en palabras.
¿A qué me invita Dios?
¿Cuál es el talento que tengo para contribuir a la justicia?

¿Cómo pongo mi amor en obras?

JAPO

domingo, 21 de septiembre de 2014

Moción del presente

"La Iglesia -en salida- es una Iglesia con las puertas abiertas. Salir hacia los demás para llegar a las periferias  humanas no implica correr  hacia el mundo sin rumbo y sin sentido. Muchas veces es más bien detener el paso, dejar de lado la ansiedad para mirar a los ojos y escuchar, o renunciar a las urgencias para acompañar al que se quedó al costado del camino. A veces es como el padre del hijo pródigo, que se queda con las puertas abiertas para que, cuando regrese, pueda entrar sin dificultad."
Papa Francisco, Evangelii Gaudium

Estas palabras del Papa de su exhortación apostólica me dan luz acerca de mis presentes inquietudes y deseos profundos. Sigo comprendiendo que, a pesar de que siento un fuego interno que me quema, que produce en mí un efecto de hacer algo para los demás, siento la invitación de DETENERME para ESCUCHAR, CONTEMPLAR, MEDITAR y ya luego, en el momento exacto, emprenda la ACCIÓN.
En diversas ocasiones de mi vida me he encontrado con la vivencia de esta invitación y ha sido un tiempo hermoso, con Dios, conmigo y con los demás. Y este tiempo me ha permitido reflexionar en profundidad.

Este momento que  me toca vivir será precisamente de ello, de ESTAR y también de DISFRUTAR. Ahora soy testigo de una bendición especial en mi vida. Y creo que es el tiempo para vivirlo con intensidad porque ciertamente es único.

¿A ti que te toca vivir?
¿Te toca detenerte o emprender la acción?

JAPO


domingo, 17 de agosto de 2014

El noviazgo y sus trampas

Parte 2

En el noviazgo existen experiencias fundantes, es decir, experiencias que hacen profundizar la vida pero también existen experiencias que pueden ser dañinas de por vida.
Un verdadero noviazgo no es solamente sentir bonito, va más allá, implica un compartir desde el lenguaje del amor a partir de un compromiso que afecta la vida toda.
Por lo que cobra una mayor importancia el hecho de disfrutar maduramente el noviazgo buscando la plenitud de ambos y así estar alertas de las trampas que suelen aparecer.
El deseo de amor muchas veces hace pensar que tienen mucho en común, cuando en realidad es posible que no tengan nada o muy poco; y por último, también les hace creer que están pensando, cuando en realidad sólo están sintiendo; es decir, creen que van al matrimonio después de haberlo pensado bien, cuando lo único que han hecho ha sido racionalizar su deseo.
Existen 3 trampas fundamentales en el noviazgo:
1. Creer que se aman, cuando en realidad sólo se desean.
2. Creer que tienen mucho en común cuando quizás apenas tienen nada.
3. Creer que están pensando, cuando en realidad sólo están sintiendo.

Son trampas porque aparentan ser lo que no son y a la larga puede ser que el castillo que se había construido puede que termine convirtiéndose en uno de arena que lo expone a que en cualquier momento se destruya.
En el noviazgo es importante reflexionar juntos y comunicarse constantemente. Es necesario renovar el amor constantemente para disminuir las trampas.
El alma que anda en amor no cansa ni se cansa.

¿Qué trampas descubro en mi noviazgo?
¿Qué me toca hacer para disminuirlas?
¿Cómo renuevo el amor hacia mi
pareja?

JAPO

Ideas tomadas de Juan Pedraz sj (2010). Tres trampas en el noviazgo. Buena prensa: México

lunes, 4 de agosto de 2014

El noviazgo y sus trampas

Parte 1

Casi todos recordamos esta etapa muy bella, de muchos aprendizajes, muchos sentimientos pero también de muchas decisiones. Cada uno, según su edad, madurez, contexto y personalidad vive el noviazgo de diferente manera y de diferente intensidad.  

Para unos el noviazgo es una etapa más en la vida, para otros significa sólo tener relaciones sexuales, para otros es la oportunidad para sentirse amados, para otros es compartir la vida…para ti ¿qué significa?
                
La pregunta puede ser muy dura pero de enorme necesidad responderse, porque en esa medida, en esa mi creencia es como viviré el noviazgo. No todos piensan como yo por lo que no todos entienden el noviazgo como lo hago, hace falta querer pensar sobre este asunto para tener las condiciones de vivir un noviazgo sano y de crecimiento.

Conocer el significado que mi pareja tiene del noviazgo me permitirá tener expectativas reales de mi relación. Esto es una pregunta que puede confrontar hasta el noviazgo más duradero.  

En estos artículos, que hoy comienzan, se reflexionará acerca de las trampas en el noviazgo.  Juan Pedraz sj, hace una seria reflexión acerca de estas trampas, al respecto dice: que en el amor conyugal se da la fusión de tres amores en un único amor: amor físico o de deseo, amor espiritual  o cariño y amor de amistad. Estos son los 3 amores, que en el noviazgo, con frecuencia sólo existe o casi solo, el deseo y que este deseo hace creer que se aman, cuando en realidad sólo o casi solo se desean.

Esto es la trampa fundamental, que expresa Juan, que iré descubriendo en las reflexiones en este blog.  Que sin duda será de mucha confrontación con la intención de propiciar noviazgos sanos y así familias sanas.

Puedes dejar tus comentarios, reflexiones y vivencias de estos temas.

Preguntas de reflexión:
¿Para ti que significa tener novio o novia?
¿Amas a tu pareja o solamente la deseas?

JAPO

Referencia:
 Juan Pedraz sj (2010) Tres trampas en el noviazgo. Buena Prensa: México               

Mantener la luz

Compartir con los otros la luz encendida es empezar a disminuir la oscuridad. Mantener mi luz encendida es creer que OTRO MUNDO ES POSIBLE.

                                                                                                                                                    JAPO


miércoles, 30 de julio de 2014

Una espiritualidad para la solidaridad



Vivimos en tiempos turbulentos. Mientras la gente hoy puede comunicarse entre sí como nunca antes, el mundo parece estar más fragmentado. Estamos anegados en información, pero nos cuesta captar el sentido del todo. Mientras se desintegran las familias y las comunidades, nos sentimos siempre más solos. Los voraces monstruos de la avaricia, la violencia y las fuerzas del mercado rondan desenfrenadas por el planeta, dejando una estela de miseria y exclusión. El sida se extiende y la crisis del medio ambiente se profundiza. Todo esto deja a mucha gente desalentada y aprensiva.

Sin embargo, hay señales de esperanza. Una de estas señales es el creciente interés en la espiritualidad. Mientras se expande el desierto materialista, la gente busca aguas frescas. Con el término “espiritualidad” quiero decir una disciplina del espíritu (lo que somos), un modo de vivir. Para los creyentes, la espiritualidad es un modo de vivir “en el Espíritu”, con “E” mayúscula: un modo de vivir en el mundo en relación con Dios. Para los cristianos, es un modo de seguir a Cristo.

La desorientación que tanta gente experimenta hoy en día llegó a mí cuando estaba en la universidad. El problema empezó cuando reflexionaba sobre discrepancias que percibía entre las ideas de los genios que leíamos en clase. Para mí, la cosmovisión de cada uno parecía tan válida (o inválida) como la de los otros. ¿Quién o quiénes tenían la razón? ¿Y con base en qué? Al no poder decidir entre las distintas visiones del mundo, entré en una crisis profunda. Me había criado como católico, fui instruido en la fe y tuve maravillosos modelos a seguir. Ahora me parecía como si la doctrina cristiana se cernía sobre un abismo. Recordándolo ahora, puedo ver que me faltaba experiencia, de aquella que nos ayuda a entender el sentido de la vida y sus enigmas. Tenía poco conocimiento del sufrimiento de los pobres.

Afortunadamente, mi crianza me dotó de recursos para enfrentar esta crisis que duró cuatro años. Me aferré a la moral básica y al sentido de la vocación (en esa época yo era jesuita en formación). Busqué asesoría y utilicé las herramientas que recién había adquirido, como las “Reglas del discernimiento” de San Ignacio de Loyola. Aunque tenía dudas acerca de Dios, las reglas de Ignacio me parecían muy sensatas. Estas me ayudaron a sobrellevar duras jornadas de depresión y ansiedad, y me dieron la esperanza de poder sobrellevar esta tormenta. Las reglas me ayudaron a darme cuenta de que, al acercarme al sufrimiento de otras, sentía una sensación de solidez y algo de alivio. Me ayudaba mucho, para reunir mi yo desperdigado, el dejar que el drama de la vida y la muerte del Bajo Manhattan, zona donde vivía y trabajaba en ese entonces, rompiera mis defensas (me refiero al drama de gente sin trabajo, adictos y jóvenes en situaciones de riesgo). Me hizo mucho bien acercarme a esta gente.

Desde entonces, ese tipo de experiencia ha seguido nutriéndome. Los pueblos crucificados de hoy nos llevan hacia el centro de las cosas. Con el tiempo, estos me ayudaron a redescubrir el cristianismo. Durante esos años difíciles y hasta el día de hoy, el camino ignaciano, que es la espiritualidad ignaciana, ha sido crucial en la búsqueda de mi camino.

Descubrí que yo tenía mucha compañía también, que mucha gente más caminaba por un sendero como el mío, sobre todo los miembros de mi propia “tribu” de clase media. Para muchos de ellos, encontrarse con las víctimas de la historia era un punto decisivo en sus vidas y este encuentro los dejaba “arruinados de por vida”, como suelen decir los voluntarios jesuíticos (es decir, arruinados en cuanto a la vida convencional a la que antes aspiraban). Las víctimas nos ayudan a encontrar un propósito más profundo en la vida: nos ayudan a descubrir nuestras vocaciones de solidaridad.

En estos tiempos de transición, el mundo reclama esta solidaridad a gritos. Un tipo de “orden” se está deshaciendo y su sucesor todavía no se vislumbra. No estoy seguro de cuál será la mejor habitable. Si sé que el mundo necesita de un grupo suficientemente numeroso de personas que puedan responder al sufrimiento, que estén listas para un compromiso duradero y que sepan tomar decisiones sabias a lo largo del camino. Dudo de que, sin tales “nuevos seres humanos”, alguna cantidad de dinero, estrategias sofisticadas o hasta un cambio estructural sean capaces de hacer nuestro mundo verdaderamente más humano.

Ignacio: cuidando la llama


Para mantener una vida de servicio al prójimo, hace falta una espiritualidad y para ello hay pocos maestros como San Ignacio. Un genio de la vida espiritual, él vivió en Europa al alba de la Edad Moderna y supo responder a la necesidad apremiante de una espiritualidad personalizada. Durante la Edad Media, tal espiritualidad se consideraba apropiada solo para profesionales eclesiásticos –monjes, religiosas y el clero–. Los fieles comunes tenían que contentarse con las devociones populares, como las procesiones, y el mínimo de los sacramentos. Ahora, en retrospectiva, podemos apreciar cómo el desmoronamiento del mundo medieval revelaba la necesidad que tenía la gente laica de una espiritualidad personalizada. En el tiempo de Ignacio, las devociones colectivas y oficiales se mostraban menos efectivas para mantener un serio compromiso cristiano. El renacimiento, el redescubrimiento de la Biblia, la invención de la imprenta, el nacimiento de la ciencia moderna, el descubrimiento de los “nuevos mundos”…todo esto socavaba la dependencia exclusiva en la antigua autoridad y en la costumbre venerable. El comercio facilitaba los viajes; la gente podía ver que sus costumbres eran locales, no universales. Esta situación suscitaba preguntas similares a las que nosotros nos hacemos en nuestros tiempos tan locamente pluralistas. ¿Cómo será posible fundamentar nuestras convicciones y mantener nuestro compromiso, y cómo podemos hacerlo juntos?

En las ciudades de una Europa renacentistas que sufría los espasmos de la Reforma, la gente razonable daba respuestas siempre más diversas a las preguntas básicas de la vida. En tal ambiente de cuestionamiento crítico y de alternativas viables, nada podía servir como sustituto de una convicción personal fundada no solo en la fe, sino también en la experiencia y la razón.

Ignacio respondió a sus tiempos cambiantes con una originalidad descomunal. Como soldado vasco, Íñigo (su nombre de pila) buscó placeres y el prestigio de la vida cortesana hasta los treinta años. Pero en 1521, mientras convalecía en Loyola de una herida que sufrió en una batalla en Pamplona, tuvo una profunda experiencia que más tarde interpretó como la acción directa de Dios en él. Experimentó dentro de sí el nacimiento de un gran amor y un poderoso deseo de dedicar su vida al servicio de dios. Más tarde expresaría este sentimiento como estar “encendiendo de Dios”. Al partir de Loyola, en 1522, Ignacio fue a vivir en una cueva en Manresa, un pueblo cerca de Barcelona, donde pasó varios meses en oración y reflexión intensas. Habiendo resuelto imitar las hazañas de los santos, practicaba severas penitencias y actuaba impulsivamente, sin pensar mucho en las circunstancias o las consecuencias de sus acciones. Más tarde concluiría que durante este período su pasión por servir estaba contaminada de egoísmos y carecía de “discreción”. En Manresa se hundió en una desolación tan profunda que pensó en suicidarse. Rogó a Dios que le mostrara un camino a seguir. Un poco después, Ignacio dice que él estaba aprendiendo a dejar que Dios le condujera y a ordenar sus amores enredados.

Este proceso era acompañado de intensas iluminaciones acerca de la vida, del mundo y de Dios. Iñigo se compenetraba más con la gente, percibía sus propios alrededores con más claridad, comprendía mejor cómo funcionaba el mundo. Con el tiempo, hablaría de poder encontrar a Dios fácilmente y de comunicarse “familiarmente” con Dios.

Dotado de una perspicacia excepcional y un hábito de reflexión, Íñigo pronto descubrió que sus dones podían beneficiar a otras personas. El podía ayudar a que entendieran sus propias experiencias y sobre todo a que entendieran cómo Dios obraba en su vida. Su pasión se convirtió en _-y así siempre permaneció- la de ayudar a otras personas a cuidar esa llama de amor que Dios encendía dentro de ellas para que pudieran servir mejor al mundo que los rodeaba. La llama se propagó a través de las profundas amistades que él cultivó. La espiritualidad que asociamos con él se refiere al cuidado de esa llama que hay en nosotros, mientras se purifica o se hincha o se sofoca –y también al atizamiento de ese fuego en otros-.

Íñigo era un laico que no pensaba en hacerse sacerdote, mucho menos en fundar una orden religiosa. Su deseo de ayudar a la gente lo llevó a moldear sus nuevas ideas en una serie de meditaciones o “ejercicios espirituales”, que él administraba a otra gente. Para quienes estaban adecuadamente dispuestos, los retiros duraban treinta días, organizados alrededor de cuatro “semanas” desiguales. Cada semana estaba dedicada a un tema diferente, Durante unos diez años, después de su tiempo en Manresa, refinó sus apuntes de retiro y elaboró un tipo de manual llamado Ejercicios espirituales con el fin de que otros lo pudieran usar para guiar a los “ejercitantes”.

El manual de Ejercicios espirituales cristaliza la mayor parte de las intuiciones clave de Ignacio, pero no todas. Durante varios años Ignacio avanzó en sus estudios y reunió a un grupo de amigos cercanos que luego se convertirían en los primeros jesuitas. Mientras tanto, su visión evolucinó, como lo muestra su voluminosa correspondencia (¡más de siete mil cartas e instrucciones!), su llamada Autobiografía, los fragmentos de su Diario espiritual, las Constituciones que escribió para la nueva Compañía de Jesús durante los últimos años y los testimonios de otras personas acerca de él. Para Ignacio en sus años de madurez, el vivir significaba buscar y encontrar a Dios en todas partes para poder colaborar con Dios en el servicio a los demás.

La perspectiva de Ignacio era revolucionaria. Aun siendo un hijo de sus tiempos, él supo trascenderlos y sigue trascendiendo los nuestros. Según el gran teólogo Karl Rahner, la originalidad de Ignacio se podrá comprender solo en el futuro. Su espiritualidad “no es típica de nuestro tiempo; no es característica de la era moderna que está llegando a su fin. Más bien, es una señal del futuro que se acerca”. La gran popularidad de Ignacio hoy en día parece confirmar la profecía de Rahner. La espiritualidad ignaciana se promueve y se ejerce más allá de la Iglesia católica en donde nació. Se practica entre miembros de otras iglesias cristianas y entre personas que ni siquiera son cristianas.

                                                                                              P. Dean Brackley (+2011)


Precisamente esto que escribe el P. Dean, hace acordarme de tantas experiencias vividas a partir de la Espiritualidad Ignaciana. Y es que son deseos que se convierten en un fuego que quema y lanza a servir, lanza a construir, lanza a comprometerse, lanza a compartir.

Haber encontrado esta Espiritualidad ha sido una bendición especial, dentro de esta vivencia me ha llevado a tomar decisiones trascendentales en mi vida.
Esta Espiritualidad que mañana 31 de julio celebraremos con la vida del fundador Iñigo de Loyola es un gozo que cada año siento y que al reconocerme Ignaciano me mueve con el fuego que me lanza a hacer algo, y es en lo que precisamente me encuentro discerniendo, el cómo.
Considero que un Ignaciano no puede quedarse quieto, inamovible, con los brazos cruzados. Hay tantas maneras de construir, hay tantos caminos por andar.
Por eso, ser Ignaciano no solamente es un bendición sino un compromiso que lanza ahí donde es A LA MAYOR GLORIA DE DIOS.

¿Qué significa para ti ser Ignaciano?
¿Qué te inspira la Espiritualidad Ignaciana?
¿Qué te mueve?

 

jueves, 24 de julio de 2014

La amistad

La amistad es un tema que ha trastocado el corazón, hasta confrontarlo con mis expectativas, la realidad y los Amigos. Ha sido difícil aceptar lo profundo que fueron mis expectativas y la realidad que lo limita. Encuentro soledad donde había compañía, descubro realidad donde había grandes expectativas, se ubican mínimos donde había máximos.
Los Amigos que se multiplicaban ahora los veo disminuidos. Pues donde había voces ahora encuentro silencio, donde había invitaciones ahora descubro soledades.
No me es fácil comprender este tema ni mucho menos aceptarlo, sin embargo, estoy apenas comenzando a concienciar este hecho para terminar de aceptarlo.
Como dice una Amiga muy querida, ¡Pero la vida así es, ánimo! Ciertamente estoy seguro de su razón de ser, es una etapa que promete ser consoladora, reconfortante, de dolor pero de mucho aprendizaje.
Ahora voy comprendiendo mejor el valor de la Amistad, ahora voy viviendo mejor la frase que dice ¡A los Amigos se les cuenta con una mano! Qué fácil frase pero que difícil realidad.
Para caminar en la vida siempre he creído que los Amig@s son muy importantes y valiosos, lo sigo creyendo pero sobre todo aceptando lo que implica. Y es que en ocasiones, como dice una reflexión, que los Amigos son como las épocas del año, unos llegan en el momento preciso y se van en el momento preciso, otros aparecen para darte un consejo, otros se mantienen cerca de ti
toda la vida, otros simplemente vivieron contigo alguna anécdota, todos ellos y ellas cumplen un propósito misterioso, ser especiales en tu vida pues es lo que impulsa para seguir viviendo y logrando los sueños.
"El amigo fiel es refugio seguro. El que lo encuentra, ha encontrado un tesoro" Eclo. 6, 14
La amistad es un tesoro que estoy dispuesto a cuidar aún si sólo sea uno, es un reto que sigo dispuesto a asumir, aceptar, a vivir y a disfrutar.
Agradezco a tod@s los que gratuitamente y generosamente lo son, pues cada vez más voy comprendiendo que los que ahora están es porque simplemente hoy son un regalo especial.

¿Qué significa la amistad para tí?
Con tus amig@s ¿existe la reciprocidad?
 JAPO

domingo, 13 de julio de 2014

Amarse a uno mismo

El arte de amarse implica…simplemente amarse. Es una afirmación que encierra la vida toda, desde lo pequeño hasta lo grande.
En este siglo, donde está presente la globalización, neoliberalismo, hedonismo, etc. el egoísmo va formando parte de la vida de muchos seres humanos. Realidad que nos hace vivir pensando en nosotros pero no para ser felices sino para conseguir lo que queremos sin importar la trascendencia del espíritu.
¿Trascendencia? El ser humano está formado por cuerpo, alma y espíritu. Todo ser humano aspira y respira ser felices, pero no me refiero a la felicidad alegre, sino a la felicidad plena, donde el corazón vibra, aún si se encuentra en circunstancias difíciles.
Amor, Trascendencia, Felicidad plena son elementos que se consiguen si estamos en la tónica de Dios, es decir, si vivimos en esa relación personal con El. Puesto que como dice San Agustín, -Nuestro corazón no descansará tranquilo hasta que descanse en ti-estamos hechos y destinados a Dios, entonces no podemos pretender llegar a estos elementos sino partimos desde nuestro génesis. Vivir en la tónica de Dios es vivir en el amor a uno mismo, donde la compasión y misericordia son también vividas para uno mismo desde uno mismo. Porque el problema está no tanto en la relación de Dios hacia nosotros sino de nosotros a nosotros mismos, he ahí donde se encuentran los mayores obstáculos, los mayores pecados, en fin, es en donde tenemos que aprender a amarnos así como Jesús nos amó. Vivir en plenitud no es más que vivir lo que Jesús nos dice –Ámense los unos a los otros como yo los he amado-.
Vivir en la tónica de Dios es vivir en el amor a Él, a nosotros y a los demás.

¿Qué me impide vivir esta tónica?
¿Por qué no me amo?


JAPO

Arriesgarse


*Reír, es arriesgarse a parecer un tonto.
Llorar es arriesgarse a parecer un sentimental.
Hacer algo por alguien, es arriesgarse a involucrarse. 
Expresar sentimientos, es arriesgarse a mostrar tu verdadero yo.
Exponer tus ideas y tus sueños, es arriesgarse a perderlos.
Amar, es arriesgarse a no ser correspondido.
Vivir, es arriesgarse a morir. 
Esperar, es arriesgarse a la desesperanza.
Lanzarte, es arriesgarse a fallar.
Pero los riesgos deber ser tomados, porque el peligro mas grande en la vida es no arriesgarse. 
La persona que no arriesga, no hace, ni tiene nada.
Se pueden evitar sufrimientos y preocupaciones, pero simplemente no se puede aprender, sentir, cambiar, crecer, amar y vivir...SOLO UNA PERSONA QUE SE ARRIESGA... ¡¡ES LIBRE!!*

No es fácil vivir esta invitación, ante ello se genera la duda, el razonamiento que mata el impulso, vienen preguntas, miedos, ¿quién desea sufrir? Pero sin duda sólo así nos movemos, nos salimos de lo estático, sólo así podemos dar signos de vida. 
He arriesgado y por eso he obtenido mucho.

¿Qué te impide arriesgarte?

*La reflexión es de un autor desconocido

JAPO

sábado, 14 de junio de 2014

Una experiencia decisiva: sentirse hijo

"Recién salido de las aguas del Jordán, aquel buscador de Dios va a vivir una doble experiencia. Se va a descubrir a sí mismo como Hijo muy querido: ¡Dios es su Padre! Al mismo tiempo se va a sentir lleno de su Espíritu. Estas dos vivencias constituyen en realidad dos aspectos  de una única experiencia que va a marcar para siempre a Jesús". Pagola

¿Cuáles son las experiencias que me hacen sentirme hijo?
Me vienen a la mente varias imágenes, que son parte importante en la historia de mi vida, que me hacen recordar el gozo, la alegría, el amor hacia mis padres. Hay momentos difíciles pero en medio está la unión, la esperanza, la fe.

Son experiencias que me han marcado, me han hecho sentirme hijo, niño, frágil, necesitado...pero son hechos que han contribuido a formarme, a crecer, a amar...

"Nada puede expresar mejor lo vivido por Jesús que esas palabras insondables: Tú eres mi hijo querido. Todo es diferente de lo vivido trece siglos antes por Moisés en el  monte Horeb, cuando se acerca tembloroso a la zarza ardiendo, descalzo para no manchar la tierra sagrada. Dios no dice a Jesús: Yo soy el que soy, sino tú eres mi hijo. No se muestra como Misterio inefable, sino como un Padre cercano que dialoga con Jesús para descubrirle su misterio de Hijo: Tú eres mío, eres mi hijo. Tu ser entero está brotando de mí. Yo soy tu padre. El relato subraya el carácter entrañable y gozoso de esta revelación. Así la escucha Jesús en su interior: Eres mi hijo querido, en ti me complazco. Te quiero entrañablemente. Me llena de gozo que seas mi Hijo. Me siento feliz. Jesús responderá con una sola palabra: Abbá. En adelante no lo llamará con otro nombre cuando se comunique con él. Esa palabra lo dice todo: su confianza total en Dios y su disponibilidad incondicional".  Pagola

Sentirse hijo tiene que ser a partir de una experiencia fundante, no es sentir por sentir. Esta experiencia hace sentir la presencia especial del padre y/o la madre en la vida de la creatura, esta experiencia es un regalo, que se pide y se vive. El amor del hijo hacia el padre-madre tiene que brotar del corazón, tiene que ir encarnándose en la vida propia. Y se inicia en el amor que ambos (papás) se expresan entre sí y para con el hijo.
Hacer sentir el amor de los padres al hijo es imperante, es necesario, es un don, un regalo. Este amor está en el corazón de cada uno.

Es hermoso ver, la experiencia del Hijo con el Padre, ambos viven en el amor, se expresan amor. Sentirse hijo es sentirse amado, protegido.
Sentirse padre es amar, entregar y ser feliz por la paternidad.

Necesitamos atrevernos a vivir estas experiencias fundantes, necesitamos mantener estas experiencias, necesitamos crear estas experiencias.

¿Me siento hijo amado?
¿Me siento feliz por mi hijo (a)?

JAPO

martes, 3 de junio de 2014

Hacer que suceda

Lo gris que pueda parecer mi alrededor no define quien soy ni lo que valgo, en medio de ella siempre brillará la esperanza, alegría y compañía. No necesito esperar a que se den las cosas tengo que hacer que suceda.
JAPO

domingo, 1 de junio de 2014

Agradeciendo tanto bien recibido


"Los cierres en la vida, creo, son como la Y en el camino que se bifurca. Para seguir avanzando hay que tomar una decisión que implica cambio. Sea cual fuere la decisión, hay que adecuar los proyectos a las circunstancias"
Guadalupe Rubio

A veces se extraña ciertas experiencias, aquellas que tocaron el corazón, con esto me viene a la mente diversos como son: rallys nocturnos, planeaciones, campamentos, reuniones, salidas, charlas, momentos de oración...son momentos que formaron parte de mi historia que ahora son experiencias y recuerdos que renuevan, que me hacen más humano, que también me hacen sentir extrañeza. Son parte de etapas, de momentos bellos que,en su momento, me tocó cerrar, concluir para poder más amar y servir. No fue fácil pero si necesario.

Ahora me toca cerrar una experiencia de años, que me ha traído buenas noticias, que me ha hecho
experimentar mis fragilidades pero también sentir la presencia de Dios, que por supuesto también me trae muchísimos recuerdos, nombres, rostros, ilusiones, proyectos, palabras. Identifico claramente los nombres de quienes comenzaron conmigo esta locura, que ha tenido sus retos, pero que a pesar de todo ha sido la presencia de Dios que ha sostenido a la Comunidad Ignaciana Juvenil.

Ahora me toca seguir emprendiendo mi viaje, de seguir construyendo, de seguir compartiendo esperanza, de seguir caminando en Comunidad. Termino esta experiencia llevándome conmigo, también, que OTRO MUNDO ES POSIBLE.

He recibido la invitación de cerrar, pero con el corazón agradecido, bendecido. Ruego a nuestro buen Padre Dios que siga fortaleciendo a la Comunidad Ignaciana Juvenil.

¿Qué me toca cerrar y agradecer?
¿Qué me llevo de estas experiencias?
¿Qué tengo que dejar ir?

JAPO

jueves, 29 de mayo de 2014

Mi historia tiene rostros que no olvidaré

Me toca contemplar una parte de mi historia y en ella descubro rostros que quedan grabados en el corazón, gracias por caminar conmigo

                                                                                                                                  JAPO


domingo, 25 de mayo de 2014

Vivir



He sentido un ardiente deseo de escribir, de compartir, de reflexionar. La inspiración me ha llevado a escribir a fondo y profundidad.
Ahí donde el corazón puede ser auténtico y pleno, ahí donde la naturaleza adquiere un brillo y esplendor, ahí donde la música es la melodía que expresa la paz que traigo dentro. No podemos pensar en otra cosa que la plenitud que tiene muchos sinónimos como la felicidad, alegría, placer, éxito, etc.

...y ante el momento presente de mi historia me hago la pregunta ¿cómo poder lograr el deseo que arde en mi corazón? ¿cómo poder continuar el sueño que me apasiona? ¿cómo unir los sueños, proyectos para formar un arco iris de vida?
Preguntas que calan desde el fondo de mi corazón y me hacen saltar de gozo por redescubrir lo trascendente de mi.

Por eso la vida que traigo entre manos es una vida que comienza a cantar de gozo, comienza a volver a sentir. Ciertamente esto me hace sentir mis debilidades, fragilidades, es decir, me hace sentirme más humano.

Por eso concienciar mi humanidad me abre a nuevos horizontes, nuevas preguntas, nuevos sueños pero también me abre posibilidades de rupturas, de terminar procesos, de cerra ciclos, por eso el gozo tiene que pasar por el fuego para purificarse, no se trata de sentir sino vivir en plenitud, esa es la idea, la meta.

¿Qué traigo en el corazón que me hace arder en pasión por la vida?
JAPO


domingo, 18 de mayo de 2014

Yo soy el Camino, la Verdad y Vida de tu historia

"No se turben; crean en Dios y crean también en mí"
Jn, 14, 1

Hace falta escuchar este mensaje: no pierdas la paz y cree. Ante tantos ruidos, tantas voces, tanto por hacer es preciso volver al centro, a lo meramente necesario y útil.
No pierdas la paz ante el conflicto, ante la enfermedad, ante la crisis, ante la muerte, ante los cambios...Nadie nos la puede quitar, nadie, sólo decidimos soltarla o mantenerla.
Pero no es solamente no perder la paz sino creer desde el corazón, creer que Dios está junto a mí, creer que su Presencia no es una idea sino una realidad, creer que la vida se puede gozar y disfrutar, creer que fuimos hechos para amar y ser amados, creer que la vida le ganó a la muerte, la alegría a la tristeza.

¿Qué me arrebata la paz?
¿Cómo la mantengo?
¿Creo en Dios con todas mis fuerzas?

"Y después de ir y prepararles un lugar, volveré para tomarlos conmigo, para que donde yo esté, estén también ustedes"
Jn, 14, 3

La esperanza es posible y real. No estamos solos, tenemos a personas que piensan en nosotros y se preocupan. Existe una realidad tangible: somos importantes. La existencia personal nos expresa la bendición de Dios para los demás, es decir, soy un regalo para las personas. Vivirse en esta verdad nos hace abrir el corazón y vivir esperando al Padre, que nos hizo
bendición y regalo.

¿Cómo soy bendición para los demás?


"Jesús contestó: Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida"
Jn, 14, 6

El Camino es una Persona, que me invita a creer, a vivir, a apostar la vida, a decidir ser feliz.
La Verdad no es una teoría, una opinión, una religión, es más que eso, es la Persona que me muestra lo que vale la pena vivir y entregar. Es uno sólo. No hay dos verdades.
La Vida me genera entusiasmo, pasión, esperanza, caridad, ...

¿Cómo descubro a Jesús como Camino, Verdad y Vida en mi historia?

JAPO

Comenzar a ponerse de pie

"Un ángel del Señor se presentó a Felipe y le dijo: Dirígete hacia el sur, por el camino que baja de Jerusalén a Gaza, no pasa nadie en estos momentos. Felipe se levanto y se puso en camino."
Hch. 8, 26

Me he preguntado ¿cómo ser capaz de escuchar al que está a mi lado? Y es que escuchar tiene sus implicaciones, no es fácil pero si necesario, en muchas ocasiones puedo decir que es urgente.
El escuchar al ángel es escuchar lo que traes en el corazón, es hacer frente a ese obstáculo que tanto estorba, es ponerse en camino o hacer camino, es poner la vida en las manos y caminar aún con las grietas que traes, es caminar y creer que por ahí es el camino, es el camino porque me da paz, esperanza, caridad y entusiasmo.
Hay que levantarse de las caídas, mirar al frente y seguir. Levantarse es una acción que nos lanza a la esperanza, es ponerse de pie desde el corazón, cree y verás maravillas, muévete y encontrarás la felicidad. Ponerse en camino es el primer paso para salir de las tinieblas, de la tristeza, de la angustia.

¿Qué me dice el corazón?
¿Hacia donde ir?
¿Qué me impide levantarme?

JAPO

lunes, 5 de mayo de 2014

La Familia: bendición constante

"Encontrar poesía en la riqueza de lo cotidiano, en palabras ignacianas, encontrar a Dios en todas las cosas, tiene varios supuestos. Supone personas humildes, de búsqueda, sencillas y con un amor abierto a los demás, principalmente a los más sencillos. Personas que se saben en proceso, viviendo de forma dinámica, en búsqueda permanente, y que se saben amados por el mismísimo Dios al que quieren encontrar".
José Luis Serra sj

Estas palabras me hacen reafirmar lo que he vivido este fin de semana. Sin duda una semana especial, familiar, de bendición y de amor. El encuentro del uno con el otro hicieron evidenciar la armonía y el cariño de unos con otros. A pesar del clima, no propicio para estar en la playa, el clima familiar lo hicieron propicio.

¿Qué bendición te ofrece tu familia?

Al final de estos especiales momentos te hacen revalorar a tu familia, haciendo crecer tus sentimientos hacia ellos pero también tus acciones.

¿Qué tienes que hacer por tu familia?

Meditar sobre esta convivencia me hace descubrir la presencia de Dios, una presencia tan cercana, tan sencilla y tan asombrosa que me hace pensar en mi relación con EL. Si convivir en familia es hermoso convivir con el Padre cuan hermoso será. Y es que esta experiencia puede ser posible en la medida que me disponga a seguirme siendo sensible al encuentro con el otro...amigo, vecino, desconocido...

¿Estos dispuesto a encontrarme con el otro...amigo...enemigo, ...desconocido?

JAPO

domingo, 27 de abril de 2014

El amor de dos únicas ópticas

“Jesús no confunde el amor a Dios y el amor al prójimo, como si fueran una misma cosa. El amor a Dios no puede quedar reducido a amar al prójimo, ni el amor al prójimo significa que sea ya, en sí mismo, amor a Dios…Para Jesús, el amor a Dios tiene una primacía absoluta y no puede ser reemplazado por nada…El prójimo no es un medio o una ocasión para practicar el amor a Dios. Jesús no está pensando en transformar el amor al prójimo en una especie de amor indirecto a Dios” .Pagola (2010).


El amor se mira desde dos ópticas: a Dios y al prójimo. Pero cada una de éstas tiene sus implicaciones y complicaciones.
Como dice Pagola, precisamente, el amor a Dios es la primera por excelencia, es el amor fuente, de la que puede emanar el amor al prójimo. Ya Jesús mostraba en su vida un absoluto amor a Dios Padre, su intimidad e intensidad eran constantes. Ese amor, ágape, es un amor que le hace ver y vivir la vida con un sentido especial, ama lo que su Padre ama. Por eso este amor le hizo romper con las opresiones, con las injusticias, no miraba si era lo correcto o lo propio, su talante era que se propicie amor y nada más.

¿Qué tanto amo a Dios?
¿Me atrevo a vivir apasionadamente por el Padre, a la manera de Jesús?

El amor al prójimo, filia, es un amor que se dirige a la persona, por su dignidad, por su necesidad. No puede ser un medio, sino que como dice Pagola no es para expresar un amor a Dios, al contrario, es amar lo que el Padre ama, no amar porque el Padre lo ama. Jesús nos ama por lo que somos, por quienes somos, por lo que valemos. Que incoherencia sería amarme sin mirarme quién soy.

¿Amo a mi esposa, hermanos, sobrinos, papas, por quiénes son?
¿O son un medio para demostrar el amor a Dios?

JAPO

domingo, 10 de febrero de 2013

María, Madre de Dios y nuestra


“Al sexto mes, envió Dios al ángel Gabriel a una ciudad de Galilea llamada Nazaret” 
Lc. 1, 26

Al tiempo señalado Dios envió a su Madre, Nuestra Señora de Guadalupe, a
través de un ángel, San Juan Diego, a una ciudad llamada México.
           
            ¿Qué te dice a ti, hoy, esta verdad?
            ¿Es que acaso, no hemos entendido, lo dichoso que somos?
            ¿Cómo pretender querer estar cerca de Jesús, sino estamos cerca de María?

            Es paradójico pensar como en nuestro querido país, México, sigue habiendo violencia contra las mujeres mientras que La Mujer modelo está presente, María, es paradójico pensar como en nuestro querido país, México, el aborto sigue ganando en medio de María que está en cinta.

            ¿Qué cosas son paradójicas en mi vida frente al milagro Guadalupano?

            “El ángel entró donde estaba María y le dijo: Dios te salve, llena de gracia, el Señor está contigo” Lc. 1, 28

            Nos creemos tan dichosos, a tal grado que ¿el ángel de Dios entre a nuestra casa y nos diga –Alégrate joven, llena (o) de gracia porque el Señor está contigo- ? Las certezas de Dios para los humanos son incertidumbres.

            ¿Has sentido esta certeza en tu vida?

            “…porque para Dios nada hay imposible. María dijo: Aquí está la esclava del Señor, que me suceda como tú dices. Y el ángel la dejó”. Lc. 1, 37-38

            Y desde ese momento Maria es theotokos (Madre de Dios).

            Madre porque sabe escuchar, Madre porque sabe callar, Madre porque sabe apoyar, Madre porque sabe educar, Madre porque sabe estar en los momentos difíciles, Madre…porque sabe amar.

            Nuestra Señora de Guadalupe, antes de ser Patrona de América Latina, es Madre, antes que cualquier cosa, acepto ser nuestra mamá no como quien está lejos observando sino como quien está junto a ti, a nosotros, amándonos.

¿No estoy aquí, yo, que soy tu madre?
¿No estás bajo mi sombra y resguardo?
¿No soy la fuente de tu alegría?
¿No estás en el hueco de mi manto, en el cruce de mis brazos?
¿Tienes necesidad de alguna otra cosa?

JAPO
A.M.D.G.

domingo, 8 de julio de 2012

La incoherencia

        


            Hoy que me detengo a observar el mundo, no te veo Señor.
            Hoy que me detengo a mirar mi historia, no te veo Señor.
            Hoy que volteo a ver a los demás, no te reconozco Señor.
            ¿Es posible que no te estoy haciendo presente?

            Acaso ¿no he creído que estás con nosotros, que vives entre nosotros?

            Es que Señor, me parece algo complicado, dentro de ello veo dudas, incoherencias, pues no me explico como algunos servidores tuyos: sacerdotes, obispos, religiosos, matrimonios, laicos comprometidos, con sus acciones hablen de que no eres nada serio. ¿cómo puede ser posible tu presencia entre nosotros si éstos que están más cerca de ti, no hablan de tu presencia?
            ¿Qué pasa Señor? Acaso ellos están dormidos. Por el otro lado, veo a la gente sencilla, a sacerdotes entregados en la sencillez, a obispos que comprometen su vida por la justicia y el Reino de Dios, religiosos, matrimonios y laicos que viven en el anonimato pero que sus obras hablan de tu presencia, Señor ¿a quienes creerle?

            Jesús, yo creo en ti y sé que a pesar de las contradicciones TÚ siempre serás un Emmanuel, un Dios con nosotros. Que aunque otros no te muestren, yo creo en tu promesa que dice:

            “Yo estoy con ustedes todos los días hasta el fin de la historia” Mt. 28, 20


¿Dónde veo, siento y encuentro la presencia continua de Jesús?
¿Qué hago para encontrarme con El continuamente?


JAPO
A.M.D.G.

La profundidad del corazón de Jesús

Aún, no hemos entendido la grandeza del corazón de Jesús en medio de nuestra debilidad, nos hemos quedado contemplando nuestras miserias, nuestro pecado, nos hemos fijado solamente en nosotros mismos, hemos perdido así el rumbo, hemos quedado perdidos, más nos asombra el morbo que la verdad, más nos gusta el pecado que el perdón, más nos mueve lo espectacular que lo sencillo, más nos atraen las vidas sentimentales egoístas que la entrega generosa del propio ser, hemos perdido la profundidad y verdad con que nos ama, nuestro Abbá.

 
Reflexiona:
¿Qué es lo te impide sentirte amado, hoy?

 
Si contemplamos el mar, sus olas, su color, su profundidad, su belleza, su grandeza, su fuerza, su amplitud, coincidimos en que el mar es inmenso, profundo y maravilloso, ahora te propongo que así como hemos imaginado el mar, te imagines el amor de Dios: su grandeza, su belleza, su incondicionalidad, su profundidad, su fuerza, su amplitud,…

 
Reflexiona:
¿Te imaginas, el amor de Dios, así, como te imaginas la grandeza del mar? ¿Acaso se puede comparar el pecado con el amor de Dios?
¿Has experimentado el amor de Dios en tu vida?
En caso negativo ¿Te atreverías a esta experiencia?


 
Vivir en esa sintonía de la profundidad del Corazón de Jesús, es ser testigos de innumerables milagros, empezando por la vida misma, vivir en esa sintonía, es dejar de pensar que la política y los grandes discursos son la solución a los problemas, vivir sumergidos en el amor de Dios, es empezar a hacer una diferencia, primero en nuestras vidas y luego comenzar a hacerla en la vida de los más cercanos a tí. Hace falta, mis queridos jóvenes, atreverse a esta experiencia de amor, en donde las culpas ceden a la libertad, en donde los remordimientos por fin son liberados, en donde la estima es sincera, en donde Vivir es una realidad y no un sueño, estar en el corazón de Jesús es aceptar su perdón incondicional, gratuito, no porque hagamos tal o cual cosa la tenemos, sino porque simplemente Dios nos la da y punto.
Como dice Albert Nolan* “…Jesús no necesitaba decir (que tus pecados están perdonados –Mt. 9,2-) esto continuamente a todas las personas con las que se encontraba. Su actitud, su manera de tratarlas, la atención que les prestaba y el modo en que disfrutaba comiendo con ellas, sin que le importara quiénes eran o lo que hubieran podido hacer, eran más elocuentes que las palabras. Aquí encontramos a Jesús imitando la imagen de Dios que él presenta en la parábola del hijo perdido. El perdón incondicional del padre no exige frases como –Hijo mío, yo te perdono- o –Tus pecados quedan perdonados-. La acogida con los brazos abiertos, la alegría evidente y la gran celebración que ofrece a sus hijos son más elocuentes que cualesquiera palabras de perdón”
            Dejarse amar, mi querido joven, es el primer paso para la experiencia del amor de Dios y ya luego Él mismo te dará el siguiente pasó, no temas, atrévete.

 
Reflexiona:
¿Estoy decidido a esta experiencia? Por qué
¿Cómo comenzaré?


*Profesor de Teología, Dominico, ha publicado diversos libros.

JAPO
A.M.D.G

¿Apasionarse?


"Necesitamos algunas certezas. Buscamos algo sólido a lo que aferrarnos, por lo que vivir. Hoy, que todo parece discutible, nos preguntamos qué puede ser definitivo. ¿Dios? ¿Yo mismo? ¿El amor? Se habla mucho de la verdad"
(Fuente: Pastoral jesuitas –pastoral.org-)

¿Qué certezas tienes hoy en el corazón?
Ciertamente vivimos en un contexto mundial donde necesitamos, muchos, ver para creer, donde necesitamos saber lo útil de lo que estoy realizando, pero también, existen locos que desgastan la vida por un amor, locos que desgastan su vida por un sueño, locos que están dispuestos a dar la vida por su certeza, por su verdad.
¿Desgastas tu vida por un ideal, por un sueño, por una creencia, por tu Fe? ¿Te plenifica? ¿Te permite encontrarte contigo? ¿Te acerca a Dios?

Estimados lectores sólo existe una Verdad, una Verdad por la que vale la pena desgastarse, soñar apasionadamente, una Verdad que necesariamente no puede quedarse en sueños, una Verdad que se convierte en acción, una Verdad concreta hoy para nosotros.
Esta Verdad nos encuentra en nuestro camino, Jesús toma la iniciativa. Es un tesoro que una vez encontrada no deseas abandonarla, es un tesoro que cuando, la encuentras deseas compartirla.
No existen las verdades a medias es o no es. No hay compromisos a medias o me comprometo o no, no existen sueños medios o me atrevo a soñar o no.
Hoy la Verdad se manifiesta de diferentes maneras ¿te has decidido a encontrarla apasionadamente así como ella está decidida? 


JAPO
A.M.D.G.

¡Todo árbol que no de fruto será cortado!


¡Raza de víboras! ¿Quién les enseñó a escapar del juicio inminente? Mt. 3, 7

 
            Para todo aquél o aquella que ha creído que lo tiene todo asegurado, pensando que con estar en un grupo juvenil escapará del juicio.
           Para todo aquel obispo, sacerdote, diácono, religioso, casado, que piensa en sí mismo olvidándose de ser un testimonio vivo de la Presencia de Jesús Resucitado en sus vidas.
          Para todo laico comprometido, que sirve en un horario establecido pero se olvida de servir a sus familiares, en especial, a aquellos abandonados o que se encuentran mal atendidos.
 
Den frutos que prueben su conversión y no piensen que basta con decir somos descendientes de Abraham. Porque les digo que Dios puede sacar de estas piedras descendientes de Abraham. Mt. 3, 9


            Hoy quiero alzar mi voz, alzar mis palabras, dirigirme, especialmente, a todos los cristianos dormidos, dormidos con su apatía, dormidos por su falta de compromiso, dormidos por su monotonía, dormidos porque teniendo ojos y oídos no ven ni escuchan. ¡Basta ya!, abramos los ojos. No esperemos a perder a las personas, objetos, amistades, familiares, trabajos.           
Ya no queremos discursos, se necesitan acciones, testimonios de que ¡Jesús está vivo!, testimonios que hablen de un encuentro con Dios, y no me refiero a encuentros donde lloras nada más, sino a encuentros que transforman toda tu vida. ¡Tanta violencia, tanta injusticia, tantos suicidios! Hablan de una falta de la presencia de Dios, paradójicamente esto se da en medio de personas católicas, cristianas. Abramos los ojos y reconozcamos que todos somos corresponsables del pecado social, de lo mal del mundo, porque no nos hemos atrevido a ser Presencia de Dios en medio de la oscuridad.
Hacen falta frutos, acciones, ¡basta de hablar de Dios sin obras!, hagamos una obra cada quien que hable de esperanza, que hable de justicia, que hable de paz, que hable del amor de Dios. Si todos hiciéramos obras de Presencia de Dios en un día comenzaremos a minar nuestros contextos más próximos del Reino de Dios.
Esto es un trabajo de equipo: nosotros actuamos a favor del Reino y Dios nos concede su Presencia cercana. No es una utopía, esto es una realidad que se cimenta en la certeza del amor de Dios.

 
Ya está puesta el hacha a la raíz de los árboles y todo árbol que no dé fruto va a ser cortado y echado al fuego. (Mt. 3, 7-10)

 
           Para aquellos que no quieren entender y son necios por naturaleza, al final lo que no es de Dios será echado al fuego, al final los necios se ahogarán en su propia necedad.
            El o aquella que no se atreva a cambiar o a colaborar, no diga que nunca le dijeron, el hacha ya está lista, los segadores listos.

JAPO
A.M.D.G.

sábado, 7 de abril de 2012

¿Por qué buscan entre los muertos al que está vivo? Lc. 24, 5


¡Suicidio! ¡Muerte! ¡Depresión! ¡Tristeza! ¡Guerras!, ¡Desastres naturales! ¡Secuestro! Son los gritos de la humanidad, de una humanidad abrumada por la muerte, son los gritos de una sociedad, de ésta sociedad de la que formamos parte tú y yo. Es una muerte que se vive aún estando vivos ¿Qué paradoja, no? El cristiano forma parte de esta cultura de la muerte que describe el beato Juan Pablo II, cultura que nosotros hemos ido construyendo, cultura en el que muchos de nosotros somos los principales arquitectos

¿Cuáles son los signos de muerte en tu vida?
¿Qué acciones de tu vida favorecen esta cultura de la muerte?

Pero él les dijo: No se asusten. Buscan a Jesús de Nazaret, el crucificado. Ha resucitado; no está aquí. 
Mc. 16, 6

Para nosotros creyentes, que digo creyentes, sino Amigos de Jesús, esto de la muerte no es el final de la historia, de la humanidad, no, ¡claro que no! Lo último es la Vida, que comienza a partir de que  Cristo Ha Resucitado, lo que significa que aún hay esperanza pero no una vacía, sino la que da profundidad a la vida misma, lo que da impulso para que la desolación (lo que no es de Dios) disminuya y halla una presencia mayor del Reino de Dios. Creer en la Resurrección, no es celebrar únicamente el Sábado Santo, va más allá, es vivir cada día con actitud alegre ante los problemas, es decirle SI a la vida con sus luces y sombras, es arriesgarse a Amar, es arriesgarse por ese proyecto que te hace bien, Resucitar es ser luz, hoy, allí en donde te mueves (trabajo, apostolado, etc), es Vivir desde, por y para Dios, no porque sea un deber sino porque es una bendición. 

El sacerdote González Carvajal en su libro teología para universitarios dice que “Jesús no vive porque su causa sigue adelante, sino que su causa sigue adelante porque Él vive”.
La Resurrección no es un hecho aislado a nuestras vidas sino que es una realidad que se hace presente en nuestras vidas.

¿Cuáles son los signos de  resurrección en tu vida?
¿Amas tu vida?

“El Nuevo Testamento resalta expresamente que sólo hubo apariciones a creyentes: se aparece < no a todo el pueblo, sino a los testigos que Dios había escogido de antemano> (Hch. 10, 41), es decir, a los que creían en Él, como los apóstoles, o a los destinados a creer, como Pablo. Eso hace que no haya posibilidad de testigos neutrales de la resurrección. Todo aquel que se encontraba con Cristo resucitado se convertía en un creyente. Si Pilatos o Tácito (no creyentes) hubieran estado en el lugar en que Jesús se apareció a sus apóstoles, no habrían visto nada. Hacía falta fe. Se estaba cumpliendo, en definitiva, el anuncio de Cristo antes de morir: (Jn. 14, 19)
(González, 1998)1 

Si para ver a Jesús Resucitado es necesaria la Fe, ¿tu tendrías Fe para verlo hoy resucitado?

Los niños, adolescentes, jóvenes y adultos de hoy, no desean escuchar solamente de la resurrección de Jesús, desean verlo, ¿es tu vida un testimonio de que Jesús vive?

Ser cristiano no es solamente: dar temas, retiros, ir a misiones, etc. es mucho más, es ser luz y sal, es ser un testimonio de que Jesús no solo vive sino que está entre nosotros. Por ello gritemos con cada actitud, pensamiento, acción, sentimiento que JESÚS HA RESUCITADO.
Luego de vivir así, seguramente RESUCITAREMOS EN PLENITUD.
¿Te atreves?

JAPO
A.M.D.G.
1González, C. (1998). Esta es nuestra Fe. Teología para universitarios. España: Sal Terrae pastoral