Hoy que me detengo a observar el mundo, no te veo Señor.
Hoy que me
detengo a mirar mi historia, no te veo Señor.
Hoy que
volteo a ver a los demás, no te reconozco Señor.
¿Es posible
que no te estoy haciendo presente?
Acaso ¿no
he creído que estás con nosotros, que vives entre nosotros?
Es que
Señor, me parece algo complicado, dentro de ello veo dudas, incoherencias, pues
no me explico como algunos servidores tuyos: sacerdotes, obispos, religiosos,
matrimonios, laicos comprometidos, con sus acciones hablen de que no eres nada
serio. ¿cómo puede ser posible tu presencia entre nosotros si éstos que están
más cerca de ti, no hablan de tu presencia?
¿Qué pasa
Señor? Acaso ellos están dormidos. Por el otro lado, veo a la gente sencilla, a
sacerdotes entregados en la sencillez, a obispos que comprometen su vida por la
justicia y el Reino de Dios, religiosos, matrimonios y laicos que viven en el
anonimato pero que sus obras hablan de tu presencia, Señor ¿a quienes creerle?
Jesús, yo
creo en ti y sé que a pesar de las contradicciones TÚ siempre serás un Emmanuel,
un Dios con nosotros. Que aunque otros no te muestren, yo creo en tu promesa que dice:
“Yo estoy
con ustedes todos los días hasta el fin de la historia” Mt. 28, 20
¿Dónde veo, siento y encuentro la presencia continua de
Jesús?
¿Qué hago para encontrarme con El continuamente?
JAPO
A.M.D.G.
JAPO
A.M.D.G.
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