domingo, 10 de febrero de 2013

María, Madre de Dios y nuestra


“Al sexto mes, envió Dios al ángel Gabriel a una ciudad de Galilea llamada Nazaret” 
Lc. 1, 26

Al tiempo señalado Dios envió a su Madre, Nuestra Señora de Guadalupe, a
través de un ángel, San Juan Diego, a una ciudad llamada México.
           
            ¿Qué te dice a ti, hoy, esta verdad?
            ¿Es que acaso, no hemos entendido, lo dichoso que somos?
            ¿Cómo pretender querer estar cerca de Jesús, sino estamos cerca de María?

            Es paradójico pensar como en nuestro querido país, México, sigue habiendo violencia contra las mujeres mientras que La Mujer modelo está presente, María, es paradójico pensar como en nuestro querido país, México, el aborto sigue ganando en medio de María que está en cinta.

            ¿Qué cosas son paradójicas en mi vida frente al milagro Guadalupano?

            “El ángel entró donde estaba María y le dijo: Dios te salve, llena de gracia, el Señor está contigo” Lc. 1, 28

            Nos creemos tan dichosos, a tal grado que ¿el ángel de Dios entre a nuestra casa y nos diga –Alégrate joven, llena (o) de gracia porque el Señor está contigo- ? Las certezas de Dios para los humanos son incertidumbres.

            ¿Has sentido esta certeza en tu vida?

            “…porque para Dios nada hay imposible. María dijo: Aquí está la esclava del Señor, que me suceda como tú dices. Y el ángel la dejó”. Lc. 1, 37-38

            Y desde ese momento Maria es theotokos (Madre de Dios).

            Madre porque sabe escuchar, Madre porque sabe callar, Madre porque sabe apoyar, Madre porque sabe educar, Madre porque sabe estar en los momentos difíciles, Madre…porque sabe amar.

            Nuestra Señora de Guadalupe, antes de ser Patrona de América Latina, es Madre, antes que cualquier cosa, acepto ser nuestra mamá no como quien está lejos observando sino como quien está junto a ti, a nosotros, amándonos.

¿No estoy aquí, yo, que soy tu madre?
¿No estás bajo mi sombra y resguardo?
¿No soy la fuente de tu alegría?
¿No estás en el hueco de mi manto, en el cruce de mis brazos?
¿Tienes necesidad de alguna otra cosa?

JAPO
A.M.D.G.

No hay comentarios: